No se puede estar siempre en primavera
Mente y cuerpo están enraizados la una en el otro, como un árbol: las ramas en las raíces, las raíces en las ramas.

La fortaleza de una influencia en el otro. Una mente sin raíces está desenraizada del cuerpo. Esta falta de enraizamiento se manifiesta como lo que comúnmente llamamos ‘depresión’.  Pero lo que puede confundirnos es que la depresión, a causa de las influencias culturales, puede tener distintas formas, la mayor parte de ellas enmascaradas. De hecho, una forma de depresión es también la hiperactividad que, a pesar de ser socialmente valorada, se caracteriza por la imposibilidad de cambiar el propio estado de ánimo.

Características como el brillo, la alegría y la actividad intensa son valorados en algunas culturas. Sin embargo, si se considera que estar deprimido significa estar desenraizado del cuerpo y que el cuerpo difícilmente tiene un único estado, porque, siendo emocional, pasa, como el árbol, por sus distintas estaciones, se puede comprender que un fuerte condicionamiento cultural en este sentido termina por pedir a las personas que siempre estén en primavera, llenas de flores y colores. Y la consecuencia es que se produce una separación entre la mente y cuerpo. Teniendo en cuenta que la neurosis se caracteriza por la falta de capacidad de elección, una persona que tiene como única opción la de estar siempre en primavera, es decir radiante y alegre, está ya en una forma de depresión, aunque enmascarada.

Jader Tolja
de la entrevista en el periódico Il Piccolo